The Flash (Andy Muschietti, 2023)
Parece que hubo alguien en DC que decidió que con siete temporadas de una serie de televisión bastante mediocre no habíamos tenido suficiente del "hombre más rápido del mundo", y que había que introducir a un nuevo flash en Justice League para rebootear al personaje y llevarlo al ámbito cinematográfico.
Que el actor protagonista lleve años metiéndose de un follón en otro (incluyendo la comisión de delitos varios) no es tan grave como un post de instagram, y es por ello por lo que, por más que Ezra Miller sea un indeseable, el proyecto tiró para adelante, y se dio luz verde a otra nueva película de DC con las mismas características que todo el resto de películas de DC que ya habían sido un fracaso. Conclusión: se hostió en taquilla para sorpresa de nadie.
¿Que por qué considero que esto es importante a la hora de dar mi opinión sobre la película? Pues porque va a ser muy parecida a las que ya di hace poco de los Shazams o de Blue Beetle.
La historia, posterior a los eventos de Justice League, comienza con Barry Allen ayudando a salvar un hospital a Batman, en una escena de inicio tan prescindible y larga como estéticamente resultona, para posteriormente sufrir un desajuste emocional donde comprueba que puede viajar en el tiempo, ofreciendo una ayuda al hombre murciélago que éste no ha pedido y rechaza.
Desoyendo los consejos de su mentor, planea un viaje que ayudará a salvar a su madre y, con ello, a su padre encarcelado, pero que, de vuelta, lo conduce a un futuro alternativo en el que sus padres siguen vivos, su yo de ese futuro, con el que coincide, no tiene poderes, y todo es muy diferente de lo que había en su mundo, incluyendo una Liga de la Justicia inexistente, con un homenaje al Batman de Tim Burton, más viejo, cansado y torpe, un Superman que no tiene nada que ver con el de su mundo, y un enemigo vencido al que hay que volver a vencer sin tener herramientas para ello, y que vuelve a triunfar una y otra vez por más vueltas al pasado que intentemos para subsanar errores.
Todo con muy buena pinta, pero alargado sin necesidad, rodada con decisiones poco favorecedoras de la progresión dramática, y con dos o tres momentos de divertimento que son sepultados por el mismo tono intenso en lo formal que ya es marca de la casa, a la espera de que Gunn termine de eliminarlo.
El resultado de todo es previsible desde el inicio, lo que no es obstáculo para que haya cierto nivel de interés y hasta de sorpresa, pero no deja de resultar plomiza por momentos, y no termina de saber explotar los buenos mimbres que pudieran tener su historia, por más que ya hayamos visto premisas similares con la misma conclusión cientos de veces.
No es tan terrible como la mayoría de sus predecesoras, pero me da la impresión de que hubiese podido funcionar mucho mejor en otras manos.
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